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Maine no puede permitirse más recortes a Medicaid

abril 30, 2025

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Muchos suponen que MaineCare -el programa estatal de Medicaid- sólo atiende a los parados. En realidad, es un salvavidas para los trabajadores con salarios bajos, los niños, las personas con discapacidad, las mujeres embarazadas y los ancianos que necesitan cuidados de larga duración. Es el mayor programa de seguro médico de Maine, con una cobertura de 400.000 personas a partir de enero de 2025.

Los retos demográficos de Maine son aleccionadores. Seguimos ocupando el nº 1 del país por tener la media de edad más alta. Con menos jóvenes que se incorporan a la población activa y una población creciente de personas mayores, la demanda de asistencia sanitaria -y de MaineCare- no hace más que aumentar. Pero la mano de obra para satisfacer esas necesidades está disminuyendo.

MaineCare está en peligro, y también nuestro futuro. Sin una sólida financiación federal, seguirán cerrando hospitales, residencias de ancianos y programas comunitarios. Sólo en la última década, nueve hospitales, 29 residencias de ancianos y 26 centros de atención residencial de Maine han cerrado o anunciado cierres. ¿Las principales causas? Escasez de mano de obra, inflación y tasas de reembolso de Medicaid crónicamente bajas.

Estos cierres amenazan el núcleo de la asistencia: los hospitales y las residencias de ancianos representan el 30% de todas las reclamaciones de MaineCare, mientras que las residencias de grupo a domicilio y comunitarias -que ayudan a personas con problemas de salud mental, consumo de sustancias y discapacidades intelectuales o del desarrollo- representan otro 20%.

Los fondos federales cubren entre el 60% y el 90% de los costes de MaineCare, dependiendo del servicio. Los recortes de esa financiación devastarían no sólo a los proveedores de asistencia sanitaria, sino también a los habitantes de Maine que dependen de ellos.

A la vuelta del receso del Congreso, los legisladores están considerando recortes de Medicaid por valor de 880.000 millones de dólares, que amenazan la asistencia de millones de personas. Mientras tanto, en Maine, un presupuesto recién aprobado que por fin realiza los pagos pendientes desde hace tiempo a los proveedores de MaineCare se enfrenta ahora a un veto popular. Si se somete a referéndum, podría retrasar la financiación crítica y arriesgarse a un cierre del gobierno, poniendo en peligro servicios esenciales, como MaineCare.

En nuestro estado rural, MaineCare es esencial para algo más que la cobertura: financia el transporte a médicos, terapeutas y otros proveedores comunitarios. Cubre los medicamentos que previenen y controlan las enfermedades crónicas. Es un sistema de asistencia sanitaria, un apoyo a la mano de obra y una inversión en el bienestar de nuestras comunidades.

No son sólo problemas de Maine, sino de Estados Unidos. Pero aquí en Maine, con una población que envejece y una infraestructura sanitaria frágil, es mucho lo que está en juego. Todos queremos un futuro mejor, pero no lo conseguiremos recortando los programas que mantienen a nuestras comunidades sanas, activas y conectadas.

Llama a tus representantes estatales y federales y pídeles que protejan Medicaid. Maine no puede permitirse más recortes.

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